Más de 200 años, y siete generaciones, han pasado desde que Jean-Baptiste Bosteels inauguró esta emblemática fábrica de cerveza oriunda de Bélgica.
A día de hoy, la cervecería Brouwerij Bosteels sigue ubicada justo en el corazón de la localidad de Buggenhout. La antigua casa de los Bosteels se encuentra a uno de los costados del imponente edificio, lo que demuestra que la herencia y tradición familiar es lo más importante para esta firma.
Gracias a la calidad de sus cervezas, donde destacan principalmente los estilos fuertes, la empresa es respetada en Bélgica y buena parte del mundo.
Fundación y primeros años
Jean-Baptiste Bosteels era un apasionado de la cerveza y en 1791 abre su propio emprendimiento, al que denominó “Brouwerij Bosteels”.
Lamentablemente, tres años después fallece repentinamente. Su mujer se hizo cargo de la cervecería hasta que los niños se hicieron grandes.
Desde sus inicios, la familia demostró su preferencia por los estilos fuertes, lo que hizo que tuviera una rápida aceptación en la comunidad. Durante el siglo XIX, la fábrica se convirtió en un símbolo de la región.
Hasta la Primera Guerra Mundial, la cervecería vivió un proceso de crecimiento constante, con maquinaria industrial de primer nivel y una gran mano de obra.
Justo en el momento en el que pensaba expandirse a nuevos horizontes, estalló el conflicto bélico que repercutió en una caída lógica de las ventas.
1930: momento de la expansión
Antoine Bosteels, quinta generación a cargo de la empresa, no solo continuó con la tradición familiar, sino que logró expandir las cervezas a las ciudades belgas más importantes.
Los productos tuvieron una gran aceptación en Gante, Amberes y Bruselas. Esto posibilitó un importante crecimiento en las ventas, que ya estaban en los niveles previos a la preguerra.
Cuando Antoine se planteaba ir por más, es decir, exportar las cervezas a otros países de Europa, comenzó la Segunda Guerra Mundial y los planes tuvieron que posponerse.
Preferencia por las rubias fuertes
La guerra trajo algunos problemas para la fábrica, pero no tardó en reponerse y volver a los niveles de producción previos al conflicto bélico.
Ivo Bosteels, hijo de Antoine, buscaba dar un golpe de efecto en el mercado que le permitiera a la firma expandirse al exterior.
Logró su objetivo en 1980, con la salida al mercado de la cerveza Kwak, una Belgian Strong Ale que fue un éxito rotundo en Bélgica y Europa.
Color cobre brillante, con exuberante espuma, tiene un aroma y sabor fuerte (8,4%) porque se emplean 3 tipos de malta en su elaboración.
Kwak sería el punto de partida para años muy buenos para la empresa, que siguió apostando por los estilos con gran porcentaje de graduación alcohólica.
Actualidad
Antoine Bosteels, hijo de Ivo y séptima generación a cargo de la empresa, comprendió a la perfección que las cervezas fuertes gustaban y que les traería un futuro próspero.
Primero apareció la multipremiada y sabrosa Tripel Karmeliet, dorada y espumosa, cuyo 8% de alcohol pasa desapercibido.
Luego, sería el turno de la Deus Brut Des Flandres, una rubia especial fuerte (11,5%), cuya botella es similar a la de un champagne.
PRODUCTOS DE Brouwerij Bosteels
